“Así
como al batir la crema se obtiene mantequilla y al golpearse la nariz sale
sangre, al provocar el enojo surgen peleas” (Proverbios 30:33 NTV.)
No somos responsables de las reacciones
que las personas tienen frente a nuestras acciones pero si debemos ser conscientes
que muchas veces nuestra manera de hablar, nuestros gestos y nuestras actitudes
no son correctas y en vez de edificar al otro son provocadoras de enojo.
Nunca podremos y tampoco debemos tratar
de conformar a todas las personas pero sí es muy importante que busquemos ser
de ayuda desarrollando una buena actitud, hablando con palabras adecuados y
realizando acciones motivadas por el amor.
Nuestra tarea debe ser hablar la
verdad con amor teniendo siempre la intención de poder inspirar al otro a tener
una vida mejor.
¿Qué “provocamos” en los demás?
Gabriel Fischer
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