"La persona digna de confianza obtendrá gran recompensa, pero el
que quiera enriquecerse de la noche a la mañana, se meterá en problemas".
(Proverbios 28:20 NTV)
Vivimos en una sociedad en donde es difícil
confiar en las personas. Muchas veces el individualismo, el egoísmo, la falta
de buenos valores, etc. Hace que los hombres y mujeres traicionen a los demás
para obtener alguna ganancia personal. Pero, la verdadera recompensa la
obtienen aquellos que pueden ser considerados: "dignos de confianza".
Todos estamos propensos a fallar, a cometer errores, sin embargo debemos
esforzarnos por ser personas confiables. Cuidar nuestros pensamientos, anhelos,
motivaciones y tener una comunión íntima con Dios nos ayudará a lograrlo. Ser
dignos de confianza no sólo es muy importante sino una virtud muy buscada.
Procuremos que las demás personas la puedan encontrar en nosotros y en
consecuencia seremos recompensados.
Gabriel Fischer
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