jueves, 30 de julio de 2015

MEJORAR LA ENVOLTURA






Una frase de un anuncio publicitario decía: “Como no pudimos mejorar nuestro producto, mejoramos la envoltura” . ¡Qué seguridad en cuanto a la calidad del producto tenían aquellos que elaboraron esta publicidad! Pero a su vez podemos notar un reconocimiento de que el envase, aunque es algo secundario, juega un papel importante para la venta del mismo. De la misma manera podemos garantizar que el mensaje del Evangelio es efectivo y genera cambios inigualables en todos aquellos que lo creen y aplican a sus vidas. Pero, ¿qué hay de la forma que los transmitimos? ¿Influye en la decisión de las personas? ¿Lo hace más accesible o inaccesible a las mismas? Nuestra forma de hablar, nuestros programas y actividades, nuestros métodos evangelísticos no transforman, ni salvan a las personas, sólo Jesucristo, las “buenas noticias”, por ende no debemos negociar el mensaje: el pecado, el arrepentimiento, la fe y Jesucristo como el único medio para ser salvos debe ser nuestra proclama. Pero, si debemos ser creativos para poder transmitirlo valiéndonos de recursos, ideas, estrategias que nos ayuden a generar puentes con todo tipo de personas para poder compartirlo de una manera más efectiva. Por tanto, no tratemos de mejorar el producto (evangelio) pero sí esforcémonos para ofrecerlo con la mejor envoltura.




Gabriel Fischer