martes, 12 de enero de 2016

JOVEN ¡NO PIERDAS UN OJO!


Un día, Najás el amonita se dirigió a Jabés de Galaad y la sitió, pero los habitantes de Jabés le propusieron a Najás que, si se aliaba con ellos, se comprometían a servirle. Najás les respondió:
«Haré alianza con ustedes, con la condición de que cada uno de ustedes se deje sacar el ojo derecho. Así el pueblo de Israel quedará en vergüenza.» 1 Samuel 11:1-2 RVC
A veces frente a las situaciones que nos generan impotencia o las presiones podemos ser tentados a “hacer alianzas” con el enemigo. Cuántos jóvenes por tener el deseo de sentirse parte de un grupo han cedido a realizar y probar cosas para poder ser valorados, como el cigarrillo, el alcohol y las drogas. Cuántas jovencitas han cedido a la presión de muchachos que argumentando “una prueba de amor” las presionaron a tener relaciones sexuales. Cuántos frente a la pantalla de una Pc o un televisor pusieron su mirada en donde no debían. Cuántos por no saber decir que no fueron parte de actividades que no sólo trajeron consecuencias a sus cuerpos, sino que produjeron vergüenza y mal testimonio del pueblo de Dios. Es más fácil hacer alianzas con el enemigo que enfrentarlo y mantenernos firmes bajo presión. Pero es lamentable que sabiendo que podemos “perder un ojo”, es decir ser dañados y recibir marcas que no se borran, sigamos cediendo a las tentaciones.
Gracias a Dios, si continuamos leyendo la historia bíblica, podemos ver que el rey Saúl al enterarse de la noticia salió al encuentro y trajo victoria al pueblo. “No perdieron el ojo” porque hubo un hombre que no se resignó ante la realidad y luchó poniendo bien en alto al Señor.
Joven, sé que son fuertes las presiones, las luchas y las tentaciones que debés enfrentar, pero te animo, que como Saúl no te dejes “sacar un ojo”, no negocies con el enemigo, no pierdas la visión que Dios te ha dado y el propósito que Él tiene para tu vida por una noche de pasión o el deseo de ser parte de algo. Como dice el apóstol Pablo: “Huye de las pasiones juveniles”. Pero sí te desafío a poner todas tus ganas y entusiasmo en servir al Señor porque Él tiene grandes cosas preparadas para tu vida.
Gabriel Fischer