jueves, 17 de diciembre de 2015

ERROR DE PRONUNCIACIÓN



Luego, Jefté reunió a los guerreros de Galaad, y peleó contra los efraimitas, y los derrotó, pues habían dicho: «Ustedes los galaaditas, que viven entre Efraín y Manasés, se apartaron de la familia de Efraín.»
Y así, los galaaditas se apropiaron de los vados del Jordán que habían sido de la familia de Efraín. Y cuando los efraimitas que huían querían cruzar el vado, los de Galaad les preguntaban:
«¿Eres efrateo?»
Si respondían que no, les pedían que dijeran «Shibolet». Y si el fugitivo decía «Sibolet», porque no podía pronunciar esa palabra correctamente, le echaban mano y lo degollaban junto a los vados del Jordán. Así murieron cuarenta y dos mil efraimitas. Jueces 12:4-6 (RVC)

La estrategia de los galaaditas para descubrir a los fugitivos de Efraín resultó efectiva. La pronunciación de una simple palabra ponía en evidencia la verdad y traía como resultado el desenlace más trágico. Esta historia me hizo reflexionar acerca de la importancia de ser auténticos, de decir la verdad, de no aparentar algo que no somos, de ser conscientes de que todo sale a la luz y a veces el detalle (o una pronunciación equivocada) pone en evidencia nuestro engaño. Seamos personas veraces para poder vivir una vida tranquila, sin temor a ser descubiertos y por sobre todas las cosas para poder honrar a Dios con nuestro testimonio.

Gabriel Fischer



miércoles, 16 de diciembre de 2015

CON O SIN



"Pero como el rey de los amonitas no quiso entender las razones de Jefté, el espíritu del Señor vino sobre Jefté, y éste recorrió Galaad y Manasés y Mispá de Galaad, para luchar contra los amonitas". (Jueces 11.28-29.RVC)

Jefté trató de hacer entrar en razón al rey de los amonitas acerca de la postura incorrecta que tenía en cuanto al pueblo de Israel la cual lo motivaba a la batalla. Lamentablemente, más allá de la explicación y aclaración, él se rehusó a entender. Esto trajo como resultado una guerra.
Dice el texto que el "espíritu" vino sobre Jefté lo cual nos da la pauta que Dios iba a seguir desarrollando su plan con o sin el entendimiento de las personas. Muchas veces Dios trata de hacernos entrar en razón en cuanto a nuestras posturas, argumentos, etc. Pero más allá de nuestra respuesta él no desiste de sus planes. -Penosamente en muchas ocasiones terminamos luchando contra Dios cuando deberíamos estar cumpliendo con sus propósitos-.
Nosotros, como el rey de los amonitas, tenemos la oportunidad de hacer un alto, reflexionar, repensar y rever nuestra postura. No perdamos la oportunidad porque, con o sin nuestro apoyo o consentimiento, Dios sigue desarrollando sus propósitos y planes.


Gabriel Fischer