“Los
dichos de Agur, hijo de Jaqué, contienen el siguiente mensaje. Cansado estoy,
oh Dios; cansado, oh Dios, y agotado. Soy demasiado torpe para ser humano
y me falta el sentido común. No he dominado la sabiduría humana, ni conozco al Santo” (Proverbios 30:1-3)
y me falta el sentido común. No he dominado la sabiduría humana, ni conozco al Santo” (Proverbios 30:1-3)
Más allá de de que Agur es reconocido
como una maestro sabio podemos notar en estos versos como reconocía su torpeza,
y falta de conocimiento humano y de Dios.
Siempre hay posibilidad de aprender algo
más, pero para ello es de suma importancia tener una actitud correcta. La humildad,
la apertura, el anhelo de más, y el estar atentos a lo que sucede a nuestro
alrededor son características esenciales de alguien que desea ser sabio. Pero
por sobre todas las cosas “el temor de Dios” es decir el reconocimiento,
respeto y obediencia al Señor es fundamental: “El temor del Señor es
la base de la sabiduría. Conocer al Santo da por resultado el buen juicio”
(Proverbios 9:10 NTV)
“Sabio
no es aquel que sabe mucho y hace alarde de su conocimiento, sino aquel que con
su comportamiento, sin necesidad de emitir una palabra, es un ejemplo que
inspira a seguir”
Gabriel Fischer
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