“Hay tres cosas que hacen
temblar la tierra; no, son cuatro las que no puede soportar: al esclavo que
llega a ser rey, al necio autoritario que prospera, a la mujer amargada que
finalmente encuentra marido, y a la criada que toma el lugar de su señora” (Proverbios 30:21-23)
La condición o el carácter de una persona
no se pueden ocultar, ni mejorar o cambiar sólo cambiando de posición o dando
una mera mejora externa. Muchas veces el cambio de status en vez de ayudar a la
persona termina empeorándola. La presión y las demandas que traen la nueva
posición ponen en evidencia las malas actitudes y hasta las potencian. Por eso
es real el refrán que reza: “Aunque la
mona se vista de seda, mona se queda”.
Pero hay esperanza cuando tomamos
conciencia de que los verdaderos cambios deben producirse de adentro hacia
fuera. Sólo Dios puede mudar el corazón del hombre y lograr una transformación
real que sea evidente a todos. No anhelemos lugares correctos para poder llegar
a ser personas correctas, seamos personas correctas que en lugares correctos sean
agentes de cambio.
Gabriel Fischer
No hay comentarios:
Publicar un comentario