miércoles, 21 de enero de 2015

“AUNQUE SE VISTA DE SEDA…”


“Hay tres cosas que hacen temblar la tierra; no, son cuatro las que no puede soportar: al esclavo que llega a ser rey, al necio autoritario que prospera, a la mujer amargada que finalmente encuentra marido, y a la criada que toma el lugar de su señora”  (Proverbios 30:21-23)  


La condición o el carácter de una persona no se pueden ocultar, ni mejorar o cambiar sólo cambiando de posición o dando una mera mejora externa. Muchas veces el cambio de status en vez de ayudar a la persona termina empeorándola. La presión y las demandas que traen la nueva posición ponen en evidencia las malas actitudes y hasta las potencian. Por eso es real el refrán que reza: “Aunque la mona se vista de seda, mona se queda”.

Pero hay esperanza cuando tomamos conciencia de que los verdaderos cambios deben producirse de adentro hacia fuera. Sólo Dios puede mudar el corazón del hombre y lograr una transformación real que sea evidente a todos. No anhelemos lugares correctos para poder llegar a ser personas correctas, seamos personas correctas que en lugares correctos sean agentes de cambio.

Gabriel Fischer

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