“Mis
amados hermanos, si alguno de ustedes se aparta de la verdad y otro lo hace
volver, pueden estar seguros de que quien haga volver al pecador de su mal
camino salvará a esa persona de la muerte y traerá como resultado el perdón de
muchos pecados” (Santiago 5:10-20 NTV)
Cada llamado, mensaje, gesto, sacrificio,
esfuerzo, lágrima, oración, etc. que hacemos por aquellos que se han extraviado
del camino del Señor ¡vale la pena! Debemos ser conscientes de la magnitud y de
la importancia que tiene el ayudar a una persona a volver al Señor. No dudemos
en prestar auxilio y en ir al rescate de los que se han perdido, ¡vayamos al
encuentro! Si lo hacemos, no sólo seremos bendecidos por haber sido obedientes
al llamado del Señor, sino que tendremos la posibilidad y el privilegio de
haber formado parte de la restauración de una persona. Hay muchas ovejas
extraviadas que necesitan de un “grupo de pastores” que puedan ir a buscarlas.
¿Puede contar el Señor con nuestra presencia dentro del mismo?
Gabriel Fischer
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