martes, 7 de abril de 2015

“¡UNA IGLESIA DE INFLUENCIA!” (Quinta parte)


4.- ES SALUDABLE
“Alabando a Dios y disfrutando de la estimación general del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos” (Hechos 2:47 NVI)

Para que una iglesia pueda ser una buena influencia en esta sociedad debe estar sana, saludable. Cuando esto es una realidad las personas que no conocen a Dios se sienten motivadas a ser parte de la misma.
La  iglesia debe esforzarse por tener:

a) Motivaciones saludables. Inspirar a las personas no  manipularlas, buscar el bien del individuo por encima del bienestar personal.  

b) Relaciones saludables. Es importante sanar y dejar atrás el pasado, aprender a perdonar y desarrollar relaciones que tengan como base las buenas intenciones, el amor  y el cuidado del hermano. Debemos ser  "uno" para que el mundo crea. (Juan 17)

b) Testimonio saludable. Los miembros de la iglesia deben ser íntegros, transparentes, reflejando a Cristo en todo lugar. En una sociedad en donde abunda la corrupción (descomposición, pudrición, desintegración, alteración, extravío, abuso) debemos ser ejemplos de: pureza, honestidad, verdad.


c) Crecimiento saludable. Una iglesia saludable crece naturalmente porque la coherencia y equilibrio entre el desarrollo de los dones (funciones) y la evidencia del fruto (carácter) la lleva a generar un impacto genuino en esta sociedad.

Gabriel Fischer

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