“Ensancha el espacio de tu carpa, y despliega las cortinas de tu morada. ¡No te limites! Alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas. Porque a derecha y a izquierda te extenderás…” (Isaías 54:2-3)
La Palabra de Dios se vale de la ilustración de los pueblos nómades que vivían en tiendas y que a causa del crecimiento de sus familias debían ensanchar sus tiendas. Como hijos de Dios debemos ensancharnos para recibir más de Él. Esto implica prepararnos y hacer cambios en nuestra vida.
-Debemos tener más “visión”, ver más allá, con los ojos de la fe (He.11:1). Soñar en grande, no mirar nuestro futuro como algo que va a ser trágico, sino con esperanza y fe en el Señor.
-Debemos tener una “mente abierta”, romper con toda barrera mental, con todo prejuicio que impide que recibamos más de Dios. Ser abiertos a observar todo y retener lo bueno.
-Debemos ampliar la “capacidad de recepción”. Dios tiene mucho para darnos, el problema está en que muchas veces nosotros no estamos preparados para recibir más de Él. Tenemos que pedirle a Dios que nos sane y nos limpie de todo pecado para que podamos recibir y retener sus bendiciones.
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