“Me volví y vi, debajo del sol, que ni es de los ligeros la
carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los
prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos”. (Eclesiastés 9:11)“
“el tiempo no me alcanza para nada”, “la
semana se me pasó volando y no pude hacer lo que tenía planeado” "Me pasé
todo el día ocupado, pero siento que no hice nada de lo importante que tenía
previsto”. Estas
frases muchas veces las utilizamos para justificar como utilizamos el tiempo
otorgándole a él la responsabilidad de nuestras acciones.
“El secreto de su éxito está
determinado por su agenda diaria” (John Maxwell)
Creo
que el secreto, como menciona la frase, está en nuestra agenda diaria. Hay
personas que no aprovechan bien su tiempo porque no son organizadas y pierden
horas en trivialidades, descuidando lo que realmente es importante. Otras
personas tienen una agenda diaria pero no son disciplinadas y por ende no son
contantes en observarla y respetarla. Pero las que tienen en claro sus
objetivos, se fijan metas y trabajan cada día con entusiasmo y compromiso son
aquellas que alcanzan mayor crecimiento. ¿Con qué grupo de personas nos
sentimos más identificados?
Pidámosle
a Dios sabiduría para aprovechar mejor nuestro tiempo y pongamos todo nuestro
esfuerzo para lograrlo.
Gabriel Fischer
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