“El
que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo,
desparrama” (Mateo 10:30 RVC)
En el terreno espiritual y especialmente
en nuestra relación con Dios y sus planes no hay lugar para la “neutralidad”.
No podemos tomar una postura intermedia. Estamos con Dios o en contra de Él;
seguimos sus planes o los nuestros; vivimos según sus principios o adoptamos la
cultura de esta sociedad. La neutralidad es una ilusión, un engaño, un invento
de la religión, algo que no existe y que Dios no considera. Creo que muchas veces
caemos en este engaño por falta de compromiso y esfuerzo, para evitar todo
conflicto o lucha en esta sociedad. Pero en realidad actuando así nos ponemos
en la vereda de enfrente y miramos a Dios de lejos. Vivimos en un tiempo en
donde es muy importante que se levanten cristianos comprometidos, apasionados,
con convicciones firmes, que con palabras y hechos evidencien con claridad de qué
lado están.
Gabriel Fischer
No hay comentarios:
Publicar un comentario