“Ustedes son la sal de la tierra. Pero ¿para qué sirve la sal si ha perdido su sabor? ¿Pueden lograr que vuelva a ser salada? La descartarán y la pisotearán como algo que no tiene ningún valor. Ustedes son la luz del mundo, como una ciudad en lo alto de una colina que no puede esconderse. Nadie enciende una lámpara y luego la pone debajo de una canasta. En cambio, la coloca en un lugar alto donde ilumina a todos los que están en la casa. De la misma manera, dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos, para que todos alaben a su Padre celestial”. (Mateo 5:13-16)
Ser sal y luz significa impactar la sociedad. La luz trae claridad en la oscuridad, la sal genera cambios cuando entra en contacto con los alimentos. Nada vuelve a ser lo mismo cuando entra en contacto con ellas.
¿Qué estamos generando en nuestro círculo de influencia? (familia, amigos, colegio, trabajo).
Muchas veces nos quejamos por lo que pasa a nuestro alrededor, pero, me pregunto ¿no seremos en gran parte responsables por no cumplir con nuestro rol?
Gabriel Fischer
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