Yo, Juan,
hermano de ustedes y compañero en el sufrimiento, en el reino y en la
perseverancia que tenemos en unión con Jesús, estaba en la isla de Patmos por
causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús. Apocalipsis 1:9 NVI
Que interesante es leer la forma que utilizó Juan
para presentarse. Podría haber optado por: "yo
el profeta del altísimo" o el "Obispo del Señor" o "el
apóstol de Jesús", pero lo hizo de una manera simple y a su vez más impactante
para sus lectores. Se solidarizó, se identificó con la realidad de persecución
que estaba pasando la iglesia, lo cual seguramente permitió que su mensaje
tuviera más cabida. Frente a esto me preguntaba, ¿Cómo me estoy presentando
ante las personas? ¿Qué dice mi "tarjeta de presentación"? ¿Mi forma de
hacerlo me lleva a ser más accesible a los demás, a que puedan considerarme compañero
de ellos? ¿Mi manera de acercarme a los que me rodean es sencilla, humana, o
con mis títulos marco una diferencia que crea barreras y me eleva a una posición
de superioridad?
Creo que la
autoridad, el respeto, la lealtad, no vienen porque la impongamos con nuestros "nombres",
sino por un liderazgo de servicio que busca hacer crecer al otro, darle apoyo y
respaldo. Esto implica ponernos al lado de las personas para guiarlas, para
ayudarlas. También conlleva buscar que el otro crezca, se desarrolle y persevere
a pesar de sus dificultades. A diferencia de un liderazgo impulsado por la
imposición y el hacer valer nuestro nombre, un liderazgo de servicio seguramente
nos llevará a obtener frutos más genuinos.
¿Qué dice tu tarjeta de presentación?
Gabriel Fischer
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