lunes, 9 de noviembre de 2015

¿Qué hay de nuevo viejo?





“Pero el Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos apostatarán de la fe y escucharán a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios, y que por la hipocresía de los mentirosos que tienen cauterizada la conciencia, prohibirán casarse y mandarán abstenerse de los alimentos que Dios creó, para que los creyentes y los que han conocido la verdad participaran de ellos con acción de gracias. Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es desechable, si se toma con acción de gracias, pues por la palabra de Dios y por la oración es santificado” 1 Timoteo 4:1-4

¿Conoce la frase que titula este escrito? Sí, es del dibujo animado y vino a mi mente a raíz del contexto que estamos atravesando como iglesia de Jesucristo. Vivimos en un tiempo en donde muchas veces nos dejamos arrastrar por lo novedoso, lo llamativo, lo misterioso, pero que muchas veces carece de un fundamento sólido. Creo que a veces estamos tan pendientes de la novedad que perdemos de vista las verdades sencillas del Evangelio. ¡Por favor dejemos de complicarnos la vida o complicar la vida de los demás!, de entretenernos con nuevas filosofías, tradiciones o conceptos culturales que en vez de ayudarnos a crecer en nuestra relación con Dios nos cargan con más legalismo, religión, etc. No caigamos en el engaño, no perdamos de vista que el centro de nuestra vida debe ser Jesucristo. Aflojemos con los títulos, las costumbres que no son cristianas, no volvamos para atrás cuando tenemos un Dios que siempre nos lleva al crecimiento, al avance. Cristo es suficiente, tenemos al Espíritu Santo, no tratemos de ayudarle a Dios porque la estamos estropeando. Hay una sociedad que necesita a Jesús no una religión, esforcémonos por vivir y transmitir el mensaje del Evangelio de la manera más sencilla (sin agregarles aditivos que no ayudan) y seguramente podremos ser agentes de cambios.
Gabriel Fischer

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