sábado, 14 de junio de 2014

PROMESAS NO CUMPLIDAS

¡Cuán fácilmente hacemos promesas a Dios y a los hombres cuando estamos en apuros! Nuestra necesidad muchas veces nos lleva a realizar pactos para recibir el alivio pero cuando la ayuda llega y recuperamos la calma no cumplimos con nuestra palabra. Faraón frente a la plaga de las ranas le prometió a Moisés que si Dios quitaba ese flagelo iba a dejar salir al pueblo de Egipto. Sin embargo esto no sucedió: “…Pero en cuanto el faraón experimentó alivio, endureció su corazón y, tal como el Señor lo había advertido, ya no quiso saber nada de Moisés ni de Aarón” (Éxodo 8:15). Seamos hombres y mujeres de palabra, cumplamos con nuestras promesas. Seamos cuidadosos también de no prometer algo en medio de una necesidad sabiendo que después  no podremos cumplir.  En medio de una sociedad donde las promesas no cumplidas abundan y las palabras de los hombres carecen de valor si no hay un papel de por medio, debemos cómo hijos de Dios levantarnos para marcar una diferencia.

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