4 Luego, Jefté reunió a
los guerreros de Galaad, y peleó contra los efraimitas, y los derrotó, pues
habían dicho: «Ustedes los galaaditas, que viven entre Efraín y Manasés, se
apartaron de la familia de Efraín.»
5 Y así, los galaaditas se
apropiaron de los vados del Jordán que habían sido de la familia de Efraín. Y
cuando los efraimitas que huían querían cruzar el vado, los de Galaad les
preguntaban:
«¿Eres efrateo?»
Si respondían que no, 6 les pedían que dijeran
«Shibolet». Y si el fugitivo decía «Sibolet», porque no podía pronunciar esa
palabra correctamente, le echaban mano y lo degollaban junto a los vados del
Jordán. Así murieron cuarenta y dos mil efraimitas. Jueces 12:4-6 (RVC)
La estrategia de los
galaaditas para descubrir a los fugitivos de Efraín resultó efectiva. La pronunciación
de una simple palabra ponía en evidencia la verdad y traía como resultado el
desenlace más trágico. Esta historia me hizo reflexionar acerca de la
importancia de ser auténticos, de decir la verdad, de no aparentar algo que no
somos, de ser conscientes de que todo sale a la luz y a veces el detalle (o una
pronunciación equivocada) pone en evidencia nuestro engaño. Seamos personas veraces
para poder vivir una vida tranquila, sin temor a ser descubiertos y por sobre
todas las cosas para poder honrar a Dios con nuestro testimonio.
Gabriel Fischer
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