jueves, 17 de diciembre de 2015

ERROR DE PRONUNCIACIÓN



Luego, Jefté reunió a los guerreros de Galaad, y peleó contra los efraimitas, y los derrotó, pues habían dicho: «Ustedes los galaaditas, que viven entre Efraín y Manasés, se apartaron de la familia de Efraín.»
Y así, los galaaditas se apropiaron de los vados del Jordán que habían sido de la familia de Efraín. Y cuando los efraimitas que huían querían cruzar el vado, los de Galaad les preguntaban:
«¿Eres efrateo?»
Si respondían que no, les pedían que dijeran «Shibolet». Y si el fugitivo decía «Sibolet», porque no podía pronunciar esa palabra correctamente, le echaban mano y lo degollaban junto a los vados del Jordán. Así murieron cuarenta y dos mil efraimitas. Jueces 12:4-6 (RVC)

La estrategia de los galaaditas para descubrir a los fugitivos de Efraín resultó efectiva. La pronunciación de una simple palabra ponía en evidencia la verdad y traía como resultado el desenlace más trágico. Esta historia me hizo reflexionar acerca de la importancia de ser auténticos, de decir la verdad, de no aparentar algo que no somos, de ser conscientes de que todo sale a la luz y a veces el detalle (o una pronunciación equivocada) pone en evidencia nuestro engaño. Seamos personas veraces para poder vivir una vida tranquila, sin temor a ser descubiertos y por sobre todas las cosas para poder honrar a Dios con nuestro testimonio.

Gabriel Fischer



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